lunes, 21 de junio de 2010

Peligro: 10 cosas que jamás tenés que probar cuando salís a comer afuera


Nuestra confianza digestiva nace en la milanesa con fritas y los ravioles con tuco, y muere en el bife con mixta y la muzza media masa. Para todo lo demás, tenemos miedo. Salir a comer afuera puede ser un acto de arrojo: cualquiera sea el lugar elegido, siempre estamos confiando nuestro estómago a manos ajenas, con resultado incierto. Los amantes de la cocina de la abuela tuvimos que aceptar la moda de la cocina moderna: pero en nombre de la modernidad, muchas veces, se cometen sacrilegios. Estas son las 10 cosas que deberías evitar cuando salís a comer afuera.

1. No comer empanadas en una parrillas. Cuando vas a una parrilla, pedí sólo platos que provengan de las brasas. Y para ir picando, chori, morci o achuras. Jamás pidas una empanada, ya que muchos locales utilizan los recortes de carne asada para su relleno.

2. No untar el paté. Te lo dejan en tu mesa no bien llegás, pero lo que meten ese bol es una tristeza: procesan un rejunte de verduras sobrecocidas con algún caldillo o crema y las sobras que van pasando de mesa en mesa. Siempre mejor pedir manteca.

3. No pedir ensalada Caesar. La salsa en su receta original lleva yema de huevos crudos y con ellos, el riesgo de contraer salmonella.

4. No probar el pescado del día. La pesca del día no es otra cosa que una trampa literal -y literaria- del menú. La oferta nunca suele ser muy variada. En los bodegones medio pelo siempre será la merluza. Y el proveedor aparece una vez por semana. De frescura, nada.

5. No pedir ceviche si el restaurante no es peruano. La cocina peruana es pandemia. Y contagia con el síndrome de la mosca: aparece hasta en la sopa. Hoy todos los “restó” –palabra aborrecible- ofrecen ceviche, pero muy pocos hacen lo único que se debe hacer para prepararlo: hacerlo al momento con pescado bien fresco y, dentro de lo posible, con sus ingredientes originales. Entre los restaurante “no peruanos” sólo pedirlo si el local inspira mucha confianza, o estarás comiendo pescado crudo con sabor a nada y arriesgado a todo.

6. No pedir aceite de oliva Extra Virgen. Estamos sentados en un bodegón. Todo pinta bien: ambiente, platos, pan y vino. Hasta que pedimos que nos traigan el aceite de oliva para condimentar la ensalada verde. Entonces, acercan un líquido opaco, espeso y rancio: lubricante digestivo de aroma fiel a su lóbrego aspecto que arruina todo lo que toca, sentidos incluidos. ¿Tiene sentido arruinar la rúcula con aceite de maíz o girasol? Para nada.

7. No pedir mariscos. Los mariscos, cuanto más frescos mejor. Incluso vivos, si es posible. Del mar a la olla. ¿Cómo adivinar la edad y suerte de ese mejillón gratinado? ¿Hace cuánto abandonó su océano y transita por el patíbulo gastronómico, la dudosa cadena de frío a la que cada tanto se le pianta un eslabón? Una vez, en tránsito hacia el toilette de El Obrero, en La Boca (del lobo), este cronista pudo ver bajo el sol del mediodía de verano, una gran bolsa de red repleta de mejillones vivos, secándose al sol, ya moribundos. Si tan solo uno es suficiente para descomponer a una familia entera, eso era la bomba atómica. ¿La solución? Pedirlos a la provenzal.

8. Evitar el volcán de chocolate. El almendrado de los 80 y el tiramisú de los 90. Pareciera que esta década para abrir un restaurante la AFIP solicita en su formulario que el chef sepa hacer el volcán de chocolate. ¡Vaya suerte! ¿Y nosotros qué somos, conejillos de indias? Auque no es fácil replicar el postre más interpretado del mundo, hoy cualquiera se le anima. Para concebirlo con la dignidad de un traductor es necesario manipular con talento la mejor materia prima. Deporte en extinción. El fenómeno original se revela a corte de cuchara. Exterior templado y airoso: cónico, seco y opaco, del color del cacao. E interior activo: oscuro, denso, amargo, y caliente.

9. Evitar la "sugerencia del chef". Siempre hay que almorzar a la carta. El menú ejecutivo será la opción más económica, pero si se puede, lo mejor es esquivar las pizarras con la trilogía garabateada en tizas de colores. “Plato + bebida + postre = peligro de temporada”. Por lo genera, las propuestas de hoy, son las sobras de ayer. Lo barato al plato sale caro en digestión. La fuente de inspiración de los famosos menú ejecutivo proviene de lo primero que el cocinero tiene a mano, lo que no sale, aquello que está por vencer. A costa de nuestra salud.

10. No pedir vino por copa. Pedir vino por copas nos expone a tintos sobreoxigenados y blancos muertos. Tan muertos como la imagen de la marca. Esquivar el vino en copa hoy es fácil, pudiendo alguna buena botella de 375cl. que muchas bodegas han comenzado a comercializar.

¿Cuáles son las cosas que vos nunca probás? ¿Nos contás?

Por Ernesto Oldenburg

¡Cuidado! Estas son las 10 comidas más peligrosas del mundo


Planeta JOY
Por José Barki

En materia de alimentación es muy común que los platos que nos apasionan (hamburguesas, hot dogs, postres hiperazucarados) sean también los que más daño le hacen al cuerpo. Pero existe una categoría aún más riesgosa que comprende aquellas comidas que nos pueden llevar directamente a la muerte, según un informe publicado por la prestigiosa revista Time de los Estados Unidos. Este es el listado de los diez platos e ingredientes más peligrosos del mundo.

1. Hot dog
Bocadillo por excelencia para los que almuerzan apurados, el hot dog tiene peor fama que Satanás para la Academia Americana de Pediatría. La entidad realizó un estudio en el que se demostró que casi el 20% de las muertes por asfixia -relacionadas a la comida- en niños menores de 10 años es causado por las salchichas.

2. Café ardiente
Más allá de que la cafeína en exceso provoca trastornos de sueño y aumenta las posibilidades de un ataque cardíaco, también está comprobado que en los locales gastronómicos el café se sirve a temperaturas peligrosas. Tanto McDonald's como Starbucks afrontaron juicios millonarios por ofrecerlo demasiado caliente. En 1992, una anciana fue indemnizada con US$ 2,86 millones por McDonald's porque un vaso gigante de café le produjo quemaduras en el 6% del cuerpo.

3. Hongos
No era tan cierto aquello de que todo lo que nos da la naturaleza es sano. Sin ir más lejos, los hongos pueden resultar mortales si uno no sabe qué especie está comiendo. Por eso, si usted está de paseo en la campiña no se le ocurra ponerse a recolectar nada que se parezca a un champiñón u hongo. Variedades como la death cap, destroying angels y neadly webcap son altamente venenosas y llevan sin escalas a la muerte.

4. Atún
Se sabe que una latita de atún siempre viene bien cuando la heladera está vacía y no hay nada para comer. Sin embargo, la Food and Drug Administration (FDA), el máximo ente de la alimentación en Estados Unidos, ha sido muy claro al respecto: el atún es riesgoso para las mujeres embarazadas y los niños en desarrollo, por sus altos niveles de mercurio, que afectan el sistema nervioso.

5. Hojas verdes
Distintos tipos de verdes (espinaca, lechuga, rúcula y otras variedades) fueron clasificados por el prestigioso Centro de Ciencia para el Interés Público como los alimentos más riesgosos de 2009. La entidad estudió distintos tipos de lechugas que se sirven en los restaurantes y llegó a la conclusión de que, si no están bien lavadas y procesadas, estas plantas son transmisoras de numerosas bacterias, como la salmonela y la E. Coli, entre otras.

6. Maní o cacahuate
Ideal para acompañar una cerveza bien fría, el maní no es tan inocente como parece. Según la Academia Americana de Inmunología, es el causante más común de las muertes por alergia y, de hecho, el 1% de la población suele presentar alguna reacción de este tipo ante el maní. Entre 1997 y 2002, los incidentes de alergia por este snack se duplicaron en el segmento de los niños.

7. San Nak Ji (pulpo vivo)
Existe en Corea y Japón una especie de pulpo llamada San Nak Ji, una de las mayores delicias populares en esos países. Este platillo se disfruta especialmente cuando se sienten los tentáculos del pulpo moviéndose en la boca. Sin embargo, un error minúsculo en el retiro de las toxinas es fatal para el hombre. El año pasado, seis personas murieron por comer este manjar.

8. Yuca
Este tubérculo, que se conoce popularmente como tapioca, no siempre es del todo amigable. Si no se la lava o cocina correctamente, las hojas y raíces de yuca tienen una dosis minúscula de cianuro que puede ser mortal para los seres humanos.

9. Ruibardo
Para quienes no lo conocen, el tallo del ruibardo es un apio extremadamente ácido que se utiliza con frecuencia en la pastelería. Numerosos centros para la prevención de intoxicaciones lo advierten claramente: ingerir una gran cantidad de sus hojas, crudas o cocidas, es un pasaporte al envenenamiento.

10. La fruta jamaiquina
Si usted va a Jamaica, tiene que tener en cuenta que no siempre está tooodo bien. La fruta nacional jamaiquina, el ackee, desarrolla, cuando aún está verde, un veneno muy potente llamado hipoglicina. Por ese motivo la planta debe ser consumida sólo cuando se tiene la seguridad de que ha madurado. La próxima vez que visite el país de Bob Marley y pida el plato nacional, Bacalao con ackee, recuerde lo que ha leído en esta nota. ¡No diga que no le avisamos!